El secreto de la longevidad del Dr. Alberto Cormillot

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“A mediados de julio fuimos al circo en una salida familiar con Estefanía (Pasquini) y el pequeño Emilio. Disfrutamos del espectáculo de Servian y surgió un nuevo desafío. Yo había quedado maravillado con las malabaristas, sus acrobacias me parecieron increíbles y quise felicitarlas al final de la presentación y contarles que yo también hago algunas acrobacias”, recuerda Cormillot.

“Al día siguiente me llama el gerente y me cuenta que había visto algunos videos que comparto en mis redes y por fin vino la gran pregunta: ‘¿te animarías?’. Mi respuesta fue inmediata, lo único que estaba esperando era que me llamaran”. Sus nietas Abril y Zoe, que actualmente estudian Artes escénicas y Circo en la Universidad de San Martín, también serían parte del espectáculo multiplicando el entusiasmo: “íbamos a compartir escenario a 15 años del debut cuando las gemelas me acompañaron en una muestra de tap en el Teatro Empire”, dice orgulloso el abuelo.

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A la alegría inicial le siguió la sorpresa: las dos funciones circenses donde bailaría tap y tango y también haría acrobacias aéreas estaban previstas para el 30 de julio… ¡faltaban solo 10 días! En ese lapso hubo una preparación extremadamente exigente: cuatro ensayos de cuatro horas que incluían repetir una y otra vez las subidas y bajadas, los vuelos y los pasos de baile. Asistieron todos: el doctor Cormillot y sus nietas, su profesora de tango, Nair Schinca, su maestra de aéreo Paula Illane y su profesor de tap, Agustín Almirón. “El circo es divertido para los demás –sostiene el doctor-. Para los que trabajan en él es algo sumamente serio. La seguridad, los chequeos rigurosos, el compromiso, la música, los tiempos. La preparación es minuciosa y exigente” afirma Cormillot.

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La pregunta es inevitable, ¿Dr. por qué lo hace? “Lo hago porque me gusta y el cuerpo me lo permite. Algunas personas dicen que dejé la vara muy alta. Pero yo no intento ser el ejemplo de nadie, intento hacer lo que me gusta. Si tuviera que ser ejemplo sería de no decirse ‘viejo’ antes de tiempo. Tener una iniciativa es el primer paso. En mi caso el impulso para comenzar algo nuevo nace de mi curiosidad. Confirmar que puedo descubrir, experimentar; que el juego no se termina con la edad. Pero no me quedo con la iniciativa o con la pregunta … voy más allá, paso a la acción. Una vez que la posibilidad está, como en este caso la invitación a ser parte del espectáculo circense, la acompaño de constancia y mente de principiante: mi talento físico es nulo. Lo mío solo es práctica, práctica, práctica y entrenamiento», sostiene Cormillot.

Y agrega: «A la iniciativa inicial y a la curiosidad hay que acompañarla de compromiso y autodominio. Primero te la tenés que creer: lo vas a hacer. Cuando te ponés en acción, después viene la perseverancia: que es sostener esa acción a pesar de obstáculos reales. De todos modos la perseverancia debe ser flexible y tenemos que acompañarla de tenacidad, firmeza y compromiso con el propósito. Ahí reside el valor de la resistencia. Pero cuidado: si no hay flexibilidad, si uno sigue insistiendo en lo que no funciona a pesar de las señales o tiene dificultad para registrar los límites, fácilmente se puede caer en la obstinación. En ese caso, el ‘no rendirse’ es por orgullo, no por curiosidad ni por persistencia. Yo no ignoro las consecuencias, los riesgos ni mis propios límites. Reconociendo esto, creo firmemente que si uno se entrega de esta manera, es capaz de hacer lo que se proponga”.

Detrás de escena, mientras los artistas se esforzaban en cada ensayo, el equipo del doctor organizaba acciones para el encuentro. Así fue posible que cincuenta niños en espera de adopción vieran el espectáculo y que pacientes de la Clínica Cormillot y miembros de Fundación ALCO asistieran al evento estrenando “Asientos para todos los talles”, un compromiso de Servian, El Circo para hacer propio el lema de la Fundación: “La comodidad no es un privilegio, es un derecho”.

En las funciones bailó Zorba, el griego con Agustín Almirón y La yumba con Nair Schinca, mezclando las coreografías con traslados y giros de aéreo mientras sacaba de sus bolsillos pétalos de flores a 15 metros de altura bajo la estricta supervisión de Paula Illane. También hubo toques de magia: hizo aparecer a una de sus nietas debajo de una gran tela y a la otra dentro de una jaula. Ellas sorprendieron con sus acrobacias en monociclo y brillaron al ritmo del tap junto a su abuelo y a un grupo de prestigiosos bailarines.

“El circo es lo mío”, afirma Cormillot mientras adelanta que el jueves 21 de agosto celebrará por adelantado su cumpleaños número 87 con dos nuevas funciones donde “habrá magia, no puede faltar la magia en un espectáculo de circo”.

Profundamente agradecido con el patriarca, Jorge «Servian» Yovanovich -dueño del circo y cuarta generación en el mundo circense- y su familia, cerró la segunda función con el pequeño Emilio y Estefanía en la pista, rodeado de los artistas y el público presente. Para finalizar, tomó el micrófono y agradeció a todos los que hicieron posible que volviera a cumplir un sueño.

Próxima función: jueves 21 de agosto. Servian, El Circo. Colectora Panamericana KM 50. Ramal Pilar. Bajada Puente Las Magnolias. Bs. As.

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