Quarter Eagle: las monedas de oro de US$2,50 que pueden valer más que un auto en EE.UU.

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A partir de 1796, el gobierno de Estados Unidos comenzó a emitir monedas de oro de US$2,50 bajo el nombre de Quarter Eagle. Esta denominación fue la más baja en circulación dentro de las piezas federales, condición que mantuvo hasta la introducción del dólar de oro en 1849. Durante todo su periodo, la producción fue limitada y poco constante, lo que reflejó una baja demanda comercial, pero con el paso del tiempo estos ejemplares se convirtieron en objetos codiciados por los coleccionistas.

De acuerdo con el Servicio Profesional de Calificación de Monedas (PCGS, por sus siglas en inglés), entre los años 1796 y 1808, se fabricaron apenas 22.199 ejemplares. En una nación con más de 7 millones de habitantes para ese entonces, esto implicaba que muy pocas personas llegaron a ver una de estas monedas.

El Quarter Eagle se ha convertido en una pieza codiciada por coleccionistasFoto Heritage Auctions

Por su valor intermedio, la pieza no era ideal para operaciones de exportación ni para transacciones cotidianas, las cuales se realizaban mayormente en plata o papel moneda. Luego de una pausa breve, la producción se retomó en 1821, aunque nuevamente de manera esporádica.

Durante varias décadas, las acuñaciones no fueron masivas y respondían a necesidades específicas, como pagos gubernamentales. Esto contribuyó a que muchas versiones del Quarter Eagle fueran escasas desde el momento de su creación.

En 1908 se implementó una modificación significativa en el diseño del Quarter Eagle. A diferencia de otras monedas que representaban alegorías femeninas estilizadas, esta nueva edición introdujo el perfil de un nativo americano masculino, lo que representaba por primera vez un rostro real dentro de una pieza de circulación en EE.UU.

Según los datos obtenidos por PCGS, el escultor Bela Lyon Pratt fue el responsable de este rediseño al seguir una idea iniciada por su mentor, Augustus Saint-Gaudens. El mismo concepto se aplicó también a las piezas de media águila (US$5).

La particularidad técnica de esta serie fue el uso de un relieve invertido: los elementos del diseño no sobresalían de la superficie, sino que estaban incrustados, algo inusual en la numismática estadounidense moderna.

Este enfoque presentaba ventajas estéticas pero también desafíos. La acuñación en bajo relieve hacía que la moneda fuera susceptible a marcas superficiales, incluso con un leve manejo. Por esta razón, las versiones de alta calidad en estado sin circular son muy difíciles de encontrar, especialmente en las primeras fechas de emisión.

Las piezas con el nativo americano en el anverso comenzaron a producirse en 1908 y se mantuvieron hasta 1929Foto Heritage Auctions

En 1911, la Casa de la Moneda de Denver acuñó una edición limitada de los Quarter Eagles con el nuevo diseño indígena. Solo se produjeron 55.680 unidades, por lo que se convirtieron en la versión más escasa de toda la serie. Esta característica, sumada a su historia y la calidad de algunos pocos ejemplares conservados, elevó su valor significativamente.

En los registros numismáticos, la 1911-D se destaca como la más rara en todos los niveles de conservación, desde piezas gastadas hasta aquellas certificadas como gemas de alta calidad.

Las características físicas y elementos de la serie hace que diferenciar una pieza auténtica de una falsificada sea más fácil. Para saber si se posee una de 1911 se debe observar:

En algunos ejemplares, la marca de ceca estará más prominente y en otros apenas se podrá verFoto PCGS

El diseño de esta moneda presenta detalles claros en el tocado indígena y una marca de ceca visible, aunque no prominente. Este rasgo fue clave para diferenciar piezas genuinas de imitaciones, ya que muchas falsificaciones se produjeron tras añadir una “D” a ejemplares comunes de 1911.

El precio de una moneda de 1911-D en el mercado actual puede superar con facilidad el valor de un auto nuevo. Según registros de la guía de precios PCGS, una pieza calificada por encima del nivel MS66+ puede venderse por hasta US$375 mil. Esta cifra es superior al costo de un Ford Bronco 2024, cuyo valor base ronda los US$39.630.

El ejemplar valioso recibió la calificación de MS66+ debido a su buen estado de conservaciónHeritage Auctions – Foto Heritage Auctions

Una pieza con el nivel de conservación más alto conocido hasta el momento estableció el precio récord por esta serie en US$312 mil durante una subasta organizada por Heritage Auctions.

La combinación de baja acuñación, diseño innovador, historia y estado de conservación convierte a esta serie en un objeto de alto interés para coleccionistas y especialistas. Dentro de la numismática, la 1911-D representa una de las joyas más codiciadas.

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