Durante el partido de la Roma contra el Athletic de Bilbao en la Liga Europa, los aficionados del equipo romano realizaron una protesta silenciosa como señal de descontento hacia la directiva del club. La «Curva Sud», reconocida por su apasionado apoyo, permaneció en silencio durante los primeros 15 minutos del encuentro, un gesto que buscaba manifestar su rechazo ante recientes decisiones administrativas.
El detonante principal de la protesta fue el despido del exjugador y leyenda del club Daniele De Rossi, así como la dimisión de la CEO, Lina Souloukou, hechos que generaron tensión entre los aficionados y la gestión del equipo. En el contexto de estos cambios, la hinchada decidió mostrar su inconformidad con un gesto simbólico que destacó por el contraste con su habitual fervor en las gradas.
Además del silencio, los hinchas desplegaron pancartas expresando su desacuerdo con las acciones de la directiva. Estos gestos reflejan el creciente malestar de una parte de la afición, que siente que las decisiones internas no están alineadas con los valores históricos del club.
Tras los 15 minutos de silencio, la «Curva Sud» retomó su característico apoyo al equipo, pero el mensaje ya había quedado claro: la afición de la Roma no está dispuesta a aceptar pasivamente lo que consideran una serie de errores que pueden afectar el futuro del club.
Este acto de protesta destaca la importancia de la relación entre los hinchas y la directiva en un club tan emblemático como la Roma, donde las decisiones internas pueden generar tanto apoyo como indignación entre sus seguidores más fieles.
En la cancha, el equipo que ahora conduce el croata Ivan Juric, mostró más sombras que luces e igualó por 1-1 con el Athletico de Bilbao. Con Paulo Dybala como titular y los ingresos de Leandro Paredes y Matías Soulé, el Giallorossi logró ponerse en ventaja por el tanto del ucraniano Artem Dovbyk, pero sobre el cierre, un cabezazo de Aitor Paredes selló la igualdad.