La inflación de febrero se aceleró al 2,4%, 0,2 puntos porcentuales por encima de enero, según la medición del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). La cifra, que implica un aumento promedio interanual del 66,9%, fue destacada por Javier Milei, que sin embargo planteó que pudo haber sido más baja.
«Si limpiamos el efecto puntual de lo que ha pasado con la carne, la tasa de inflación hubiera sido del 1,8%. A su vez, marzo también tiene temas de estacionalidad, pero de mantener el rumbo económico, en abril/mayo se podría estar quebrando el 2%«, fue el análisis del Presidente, publicado en redes sociales.
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DATO CLAVE
Si limpiamos el efecto puntual de lo que ha pasado con la carne, la tasa de inflación hubiera sido del 1,8%. A su vez, marzo también tiene temas de estacionalidad, pero de mantener el rumbo económico, en abril/mayo se podría estar quebrando el 2%…
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Inflación de febrero: aumento de la carne
Tal como se esperaba, el gran traccionador para la aceleración del IPC fue la carne y sus derivados que subieron entre 7% y 10%, dependiendo la región, y llevó al rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas a aumentar 3,2%, siendo el de mayor incidencia en todas las regiones.
«La clave estuvo en el precio de la carne: el kilo de asado subió 10% en el Gran Buenos Aires», ejemplificó Caprarulo.
La carne y sus derivados sufrieron fuertes aumentos de precios, de hasta 9,7%, tal como fue el caso de la región Patagónica. En variación, le siguieron Cuyo con el 9,3%, el Noroeste con el 8,1%, el Gran Buenos Aires con el 7,6%, la Pampeana con el 7,1% y el Noreste con el 5,6%.
Los principales factores detrás de este aumento incluyeron las lluvias recientes en todo el país, aunque también «a la falta de oferta (todavía con coletazos de la sequia del 2023 y con un mercado internacional más fuerte que lleva a modificar las estrategias productivas) y la eliminación de los derechos de exportación», tal como explicó Bisang.
La canasta alimentaria anotó en febrero su mayor suba en seis meses
El costo de la canasta básica alimentaria (CBA), que mide la línea de indigencia, trepó un 3,2% en febrero, el registro más alto desde septiembre del año pasado. La canasta básica total (CBT), que determina la línea de pobreza, también se aceleró, aunque a un menor ritmo.
La CBT aumentó 2,3%, máximo desde octubre de 2024. De este modo, una familia «tipo», compuesta por dos adultos y dos niños, necesitó en el segundo mes del año $1.057.923 para no ser considerada pobre, de acuerdo con la metodología oficial, mientras que para no caer en la indigencia requirió $468.108.
Vale recordar que la CBA se determina tomando en cuenta las necesidades alimenticias imprescindibles de un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad física moderada, considerado como «adulto equivalente» (por ejemplo, cuando se calcula la canasta de una familia, un niño de 5 años equivale a 0,60 adultos equivalentes). Los alimentos y sus cantidades se seleccionan en función de los hábitos de consumo de la población que surgen de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) del propio INDEC.
Para determinar la CBT se amplía la CBA mediante la aplicación de un coeficiente que contempla la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales observados en la población de referencia.