Estudiantes y esa sana costumbre de ganarle el clásico a Gimnasia: goleada 4-1 para agrandar la paternidad en el historial

Estudiantes le ganó 4-1 a Gimnasia en la edición 188 del clásico platense, con goles de Santiago Ascacíbar, dos de Guido Carrillo y uno de José Sosa de penal. David Salazar descontó para el Lobo. El Pincha logró su primera victoria tras la reanudación del torneo mientras que su rival acumula tres derrotas seguidas.

El festejo de los jugadores y de los hinchas en el estadio UNO se hizo interminable. No era para menos. Estudiantes volvió a ganar el clásico después de siete largos partidos, aunque seis de ellos habían terminado en empate. Se habían acostumbrado a ganar, con apenas una derrota en los últimos 23 partidos y tras un primer tiempo de incertidumbre, el Pincha impuso su paternidad ante el Lobo.

A Eduardo Domínguez no le había gustado el primer tiempo de su equipo. Antes del final de la etapa, ya había advertido antes que algo no estaba funcionando. Por eso empezaron a moverse Eros Mancuso primero y Luciano Giménez después. Pero la primera modificación fue obligada por ese tirón que sintió Federico Fernández e ingresó Luciano Lollo. Pero en el entretiempo, mandó a la cancha a Mancuso, Giménez y Pablo Piatti por Meza, Neves y Cetré respectivamente. Los tres fueron protagonistas del triunfo pincha y de los cuatro goles. No marcaron, es cierto, pero participaron en las cuatro jugadas.

Tenía una deuda pendiente el técnico de Estudiantes: ganar un clásico. No solo el platense, que acumulaba dos empates y una derrota, sino cualquier clásico, porque desde 2007 (Colón 2- Unión 0) que no festejaba ante el rival de siempre de sus equipos. Pasaron 11 partidos, con siete empates y cuatro derrotas, para volver a celebrar.

Dos extranjeros protagonistas en clásico de La Plata: el colombiano Cetré la para de pecho ante la marca del uruguayo Pintado. Foto: Maxi Failla.

Había también expectativa en la gente de Estudiantes ganar en el UNO el clásico, ya que desde la reinauguración habían empatado los tres partidos. Encima, después de un dominio absoluto entre 2010 y 2022 con nueve triunfos y siete empates, los últimos siete encuentros hubo un festejo del Lobo y otros seis empates. Con un contundente 4-1, ratificó su paternidad.

Al clásico no le faltó el folclore. Mientras los equipos se acomodaban en el campo tras el pitazo inicial, hubo fuegos artificiales durante siete minutos, propios y ajenos, porque en un momento el UNO se inundó de un humo celeste y blanco. Un ruido ensordecedor, como ya había ocurrido en encuentros anteriores.

Tras el espectáculo inicial, digno de un clásico que tuvo un marco impresionante ya que el UNO estuvo colmado de hinchas de Estudiantes, la primera emoción llegó a los 16 minutos del primer tiempo, cuando tras un rechazo del arquero Mansilla, Nicolás Garayalde le pegó de primera desde afuera del área y la pelota se fue apenas desviada.

Domínguez advirtió que su equipo no estaba ocupando bien los espacios, que dejaba marcas libres y que no tenía profundidad en las bandas, en especial por el sector derecho. Que De Blasis y Lucas Castro se habían adueñado del juego y que Gimnasia cada vez era más peligroso. Algo que se pronunció en los instantes finales del primer tiempo, cuando Mansilla salvó su arco mandando la pelota al córner tras una peinada de Cabral. Y enseguida, cabeceó mal Abaldo y el balón apenas se fue desviado. Esa fue la imagen final de los primeros 45 minutos, Domínguez enojado con la producción de su equipo y el técnico uruguayo Marcelo Mendez conforme con lo que había hecho el Lobo.

Los tres cambios cambiaron todo. Y en 17 minutos, Estudiantes ya ganaba 3 a 0. Apenas 44 segundos y el capitán Santiago Ascacíbar, desde la puerta del área, abrió el clásico. En el primer gol, la jugada por derecha la hizo Giménez, uno de los cambios de Dominguez en el entretiempo. Y a los cinco minutos llegó el segundo tanto, tras otro centro desde la derecha pero de Mancuso y un cabezazo letal de Guido Carrillo.

Gimnasia tuvo una breve reacción en busca del descuento, hubo una buena jugada de Domínguez pero Castillo falló en la definición. Pero el local estaba agazapado, esperando el momento justo para pegar el tercer golpe. Y llegó a los 17 minutos, tras un cabezazo hacia atrás de Giménez y un bombazo de Guido Carrillo desde el sector derecho del área grande que sorprendió a Insfrán.

La búsqueda de Gimnasia tuvo su premio a los 42 minutos del segundo tiempo,cuando Salazar conectó de cabeza un buen pase-centro de Benjamín Domínguez. Faltaba nada para el final pero el clásico tuvo nuevas emociones en el último minuto del tiempo adicionado. Insfrán salió a cortar una pelota pero pisó a Piatti y el árbitro Tello enseguida marcó penal y echó al arquero del Lobo. El arco lo ocupó el marcador central Leonardo Morales y de la falta se encargó el Principito Sosa para sellar la goleada.

Así fueron los cinco goles