Una serie de brutales ataques perpetrados por perros del vecindario ha dejado a dos llamas en estado crítico en La Cimarrona, un enclave rural cercano al centro de la ciudad de Río Grande.
La agresión, que tuvo lugar el viernes y se repitió el sábado, ha sumido a los propietarios y cuidadores de La Cimarrona en un estado de indignación y preocupación por la seguridad de los animales y visitantes del lugar.
Los responsables del establecimiento, entre ellos Stella Maris Alazard, relataron con pesar los detalles de los ataques. «Eran dos, creemos, uno cruza de Pitbull y otro tipo ovejero grande», expresó Alazard en una entrevista con Radio Fueguina. «Entraron al campo y atacaron a nuestro querido macho llama, las heridas fueron graves, destrozaron sus genitales, la zona anal y le provocaron mordeduras en todo el cuerpo, fue necesario castrarlo para intentar salvarlo, pero el veterinario lo vio hoy y no nos asegura que pueda sobrevivir», lamentó.
El dramático episodio no concluyó ese día, ya que durante la noche los perros regresaron y atacaron a una hembra que se encontraba en los galpones de la casa. Claudia, una de las empleadas del lugar, se vio obligada a arriesgar su vida para intentar detener el ataque de los canes enfurecidos.
Stella Alazard expresó su indignación y preocupación, señalando: «La carnicería que han hecho con ese pobre animal es tremenda». Además, destacó que al menos uno de los perros atacantes llevaba puesto un collar, lo que sugiere que no se trataba de perros cimarrones, sino de animales domésticos del vecindario.
Ante esta situación, los propietarios del lugar anunciaron su intención de presentar una denuncia ante Zoonosis para que se investigue la identidad de los dueños de los perros y se tomen las medidas correspondientes. Alazard enfatizó la necesidad de responsabilidad por parte de los propietarios de mascotas, ya que su falta de control pone en peligro tanto la vida de los animales como la de las personas.
La Cimarrona, un sitio que ofrece diversas actividades propias de la zona rural, había recibido recientemente la donación de una pareja de llamas por parte de la estancia María Behety, convirtiéndose rápidamente en una atracción para los visitantes.
Los cuidadores y propietarios del lugar esperan que, mediante acciones legales y medidas de seguridad adecuadas, se pueda garantizar la protección de sus animales y evitar futuros incidentes similares.