Pusieron a competir a un grupo de hormigas contra otro de personas y el resultado fue sorprendente

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La inteligencia colectiva de las hormigas es un capital conocido. Poco tiempo atrás esa virtud fue exaltada en un experimento realizado en Estados Unidos, cuando en una espectacular exhibición colaborativa las hormigas construyeron, con sus propios cuerpos, grandes puentes colgantes encadenadas unas con otras.

El objetivo de esa logística era salvar obstáculos, acortar distancias y ampliar caminos en procura de optimizar la búsqueda de alimento. Una de las claves es ese concepto de cadena y el hecho de que para formar una cadena -por más obvio que parezca- no hay otra opción que estar encadenado. Investigadores de Israel ahora buscaron medir el mismo comportamiento en los seres humanos, en una competencia de igual a igual contra los insectos.

Una pregunta clave en este contexto podría ser cuánta libertad individual están dispuestos a perder los individuos -sean personas o animales- en pos de un proyecto colectivo. Las conclusiones del estudio realizado por el Instituto Weizmann, y publicadas este lunes en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), buscan dar en ese blanco.

¿Por qué a los científicos israelíes se les ocurrió comparar hormigas con humanos? La explicación es que ambas especies comparten la peculiaridad de cooperar constantemente para transportar cargas grandes en comparación con las dimensiones de sus cuerpos. El profesor Ofer Feinerman y su equipo aprovecharon esa similitud para realizar esta curiosa competencia evolutiva que planteó la pregunta: ¿Quién es mejor para maniobrar una carga grande a través de un laberinto?

Los resultados arrojan luz sobre la toma de decisiones en grupo, y los pros y contras de la cooperación frente al esfuerzo individual. El equipo liderado por Tabea Dreyer diseñó una versión real del “problema de los transportistas de piano”, un desafío clásico en planificación de movimiento y robótica. En lugar de un piano, los participantes debían mover un objeto en forma de T a través de tres espacios rectangulares de diferentes dimensiones conectados por dos aberturas estrechas.

El mismo trabajo realizado por las hormigas y los seres humanos, con un resultado colectivo a favor de las hormigas. Foto: Instituto Weizmann

El experimento incluyó tres combinaciones para humanos y hormigas: un individuo, un grupo pequeño (7 hormigas o 6-9 personas) y un grupo grande (80 hormigas o 26 personas). Se limitaron las interacciones humanas al máximo, con máscaras y anteojos oscuros, para evitar comunicación visual o verbal. El desempeño fue registrado, analizado y comparado meticulosamente con simulaciones y modelos físicos.

Como era de esperar, los humanos sobresalieron en desafíos individuales gracias a sus habilidades cognitivas. Sin embargo, en grupos, las hormigas superaron a los humanos en varias ocasiones, especialmente al medir la performance de los grupos grandes. Según los autores, las hormigas mostraron memoria colectiva y cooperación estratégica, mientras que los humanos, sin comunicación, tomaron decisiones «codiciosas» que parecían atractivas a corto plazo pero no favorecieron soluciones a largo plazo, mediante la elección de -según los investigadores- el “mínimo común denominador”.

Video

El video de los humanos vs. hormigas

Las hormigas como «superorganismo»

“Una colonia de hormigas es, en realidad, una familia”, explicó Feinerman. “Todas las hormigas del nido son hermanas y comparten intereses comunes. Es una sociedad muy unida en la que la cooperación supera ampliamente a la competencia. Por eso, una colonia de hormigas a veces se considera un superorganismo, como un cuerpo viviente compuesto por múltiples ‘células’ que cooperan entre sí”.

Tabea Dreyer y Ofer Feinerman, dos de los investigadores que realizaron el experimento entre humanos y hormigas. Foto: Instituto Weizmann

Feinerman agregó: “Nuestros hallazgos confirman esta visión. Hemos demostrado que las hormigas actuando como grupo son más inteligentes; para ellas, el todo es mayor que la suma de sus partes. En contraste, formar grupos no expandió las capacidades cognitivas de los humanos. La famosa ‘sabiduría de las masas’, tan popular en la era de las redes sociales, no se manifestó en nuestros experimentos”.

Con ironía, desde el Weizmann concluyen que “a pesar de los desafíos y limitaciones de la cooperación humana”, varios autores lograron colaborar con éxito en este estudio. Entre ellos se encuentran el Ehud Fonio, del Departamento de Física de Sistemas Complejos de Weizmann; Nir Gov, del Departamento de Física Química y Biológica de Weizmann; y Amir Haluts, entonces estudiante de doctorado supervisado por Gov y Amos , de la Universidad de Haifa.

PS

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