Discurso y realidad del Gobierno de Milei

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Dos grandes líneas narrativas para responder a la pregunta sobre qué es Milei que implican dos posicionamientos políticos opuestos. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite todos los jueves de 22 a 24 por Radio Con Vos 89,9.

Viernes 20 de diciembre 00:00

  • Cada paso que da el Gobierno desmiente su relato original. Volvamos un poco hacia atrás, luego de un año de Javier Milei en el Gobierno: ¿Cuál fué el discurso con el que ganó las elecciones? ¿Es del todo cierto que está haciendo exactamente lo que prometió y por eso lo sigue validando gran parte de quienes lo eligieron?
  • Esta es una tesis bastante generalizada: que Milei no mintió, que transparentó desde el principio su programa de Gobierno y que ahora lo está llevando adelante sin muchos inconvenientes porque simplemente dijo la verdad.
  • No comparto mucho esa tesis, aunque —como toda idea que se generaliza, por algo se generaliza— tiene núcleos racionales o aspectos de verdad.
  • Retrocedamos más y preguntémonos, a modo de balance de fin de año ¿Qué fue Milei? o ¿Qué es Milei?
  • La respuesta a este interrogante tuvo en general dos grandes líneas de respuesta:
  • La primera —pronunciada en general por las distintas variantes de derrotismo que, como siempre, se disfraza de “realismo”— asegura que Milei es la expresión de los cambios epocales que se expresan tanto en el terreno ideológico como político y que tienen su sustrato material en los cambios en la esfera de lo social, esto es en una nueva clase trabajadora más atomizada, más individualizada que tendría en Milei su representación natural.
  • Esta perspectiva se inclina siempre a negar (o a no ver porque no necesariamente es consciente o “malintencionada”) a negar, decía, las contradicciones del experimento político.
  • Ya sean las contradicciones vinculadas a sus promesas iniciales y su práctica real; las debilidades institucionales en términos poder; las contradicciones económicas (sin ir más lejos, asistimos a varias jornadas de alza de los dólares paralelos, cuando haber “domado el dólar” estaba entre los méritos atribuidos al Gobierno).
  • Tampoco le dan demasiada importancia a las turbulencias internacionales: las contradicciones de un mundo en guerra y que se cierra sobre sí mismo; la devaluación en Brasil y otros países de los llamados “emergentes” o la incógnita que significa la llegada de Donald Trump el Gobierno de EEUU, que fue una noticia para Milei, pero que hay que ver si se hace efectiva.
  • Otra línea de respuesta al interrogante sobre qué expresa y qué es el fenómeno Milei —y de la que me siento más cercano—, es aquella que plantea que, en realidad, prometió esencialmente otra cosa: “que iba a ajustar a la casta” o a lo que llamaba “la política”, cosa que no está sucediendo, aunque en la experiencia colectiva esta contradicción no se manifieste de manera inmediata y entre las personas que lo apoyaron se sostenga cierta esperanza, sobre todo basada en la desaceleración de la inflación.
  • Esta perspectiva más crítica de Milei, que tiende a distanciarse de la fascinación que muchas veces genera lo nuevo (o lo aparentemente nuevo) y a observarlo con cierta extrañeza, con una necesaria extrañeza, pone el acento en las contradicciones: en la precariedad del plan económico; en los riesgos de que implica el escenario mundial; en la debilidad del armado político o —y este punto es muy importante— en la amplia oposición política y social que enfrenta este Gobierno.
  • La consultora Tendencias (con la que trabajamos en común) fue una de las primeras en plantear claramente (en base a sus estudios) que no estábamos ante una “hegemonía mileísta”, sino ante un escenario de polarización en el cuál hay que tomar las dos dimensiones: el universo que sigue apoyando al Gobierno, pero también el universo que se opone y cada vez con más intensidad.
  • Claro, desde esta perspectiva más crítica del Gobierno, se resalta más lo que los derrotistas ocultan: que hubo extendidos y masivos procesos de movilizaciones tanto en el centro del país como en muchas provincias. Es decir, es falso que “no pasó nada” y que hay que esperar “que estalle” (desde el 24 de marzo, al 8M hasta las marchas universitarias).
  • Pero, además, también se pone en cuestión la consistencia de ese respaldo y las expectativas que existen ahora. Esto lo dije en varios lugares, pero vale la pena insistir: Milei es más el producto de una profunda crisis económica, social y política, un fenómeno aberrante que emerge de esa crisis, antes que una solución a esa crisis.
  • Y su propuesta de ajuste está sustentada en la idea del “ajuste que va a poner fin a todos los ajustes”. Tipo el clásico discurso de los que impulsaron las guerras mundiales y decían: “Esta es la guerra que va a terminar con todas las guerras y va a traer la paz perpetua”, entonces el motor de esas guerras era la idea de una paz futura. Bueno, el apoyo al “ajuste que va a terminar con todos los ajustes”, tiene como expectativa el fin del ajuste y una era de bonanza. Cosa que no va a suceder porque la sobrevivencia del Gobierno de Milei (y su estabilidad económica) se sustenta en que el ajuste se mantenga como a hasta ahora o se profundice.
  • Estuve observando un focus group de votantes de Milei que, incluso, mantienen el respaldo en general y una chica sintetizó la idea muy bien: “Él dijo que el primer año iba a ser difícil, espero que, controlada la inflación, el año que viene empiece a haber más oportunidades”.
  • Claro muchos intelectuales o analistas dicen “pero tené en cuenta que aplicó un ajuste como nunca nadie antes”. Y esta idea no tiene en cuenta que para estas personas no se produjo un tránsito entre un no ajuste (antes de Milei) a un hiperajuste con Milei. Sino que antes eran ajustadas en nombre del “no ajuste” y eso lo sentían en su realidad cotidiana, por ejemplo, con la inflación. Esas mentiras de todos proyectos anteriores alimentaron el apoyo a Milei.
  • Por último, Milei se presentó como un “excéntrico” (literalmente “lejos del centro”), como un outsider, como una referencia fuera del sistema político. Todo este año demostró que está rodeado de lo peor de todas las castas políticas (desde el menemismo hasta acá), de lo peor del sistema político. La última novedad en este terreno fue la incorporación de Diego Kravetz a la SIDE, un tipo que le “robó” al macrismo y que antes había sido kirchnerista. Es cuestión de tiempo para que todo esto se haga evidente.
  • La respuesta por la que cada uno opte, le dicta también una posición política: o la justificación disfrazada de compresión o el combate. Creo que todo el mundo tiene clara nuestra opción contra un proyecto que es puro pasado y que no tiene nada de futuro. Están dadas todas las condiciones (sin forzar la realidad) para la apuesta que dice que si el presente es lucha, el futuro es nuestro.

Fernando Rosso

Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.

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