Cristian Graf declarará este viernes en la causa por encubrimiento del asesinato de su ex compañero de secundario

Compartir:

Cristian Graf, el propietario de la casa lindera a la de Gustavo Cerati donde fueron encontrados los restos de su compañero de la secundaria Diego Fernández Lima, deberá presentarse a declarar este viernes ante la Justicia.

En la previa a la declaración indagatoria, Graf le pidió al juez que rechace el pedido de la familia de Fernández por una medida cautelar que impida hacer modificaciones en su casa para preservar la prueba.

El sospechoso, que es investigado por la muerte de Fernández y está acusado de encubrimiento, “se va a presentar y va a responder libremente todo lo que le pregunté el fiscal como así también el juez”, indicaron sus abogados defensores a la agencia NA.

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

La audiencia fue dispuesta por el juez Alberto Litvack, que aceptó el pedido del fiscal Martín López Perrando, titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61, para que el sospechoso de 58 años comparezca en la Justicia.

Caso Diego Fernández: el excompañero que lo acusó de abuso se presentó a declarar

La Fiscalía considera que, luego del hallazgo de los restos humanos de su ex compañero de la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET) N°36 “Almirante Brown”, en el patio de su casa, Graf “realizó maniobras unívocas destinadas a encubrir el hecho precedente”.

En ese sentido, en la única entrevista que dio a los medios, en TN, Graf afirmó: “El cuerpo apareció abajo de la ligustrina cuando estaban haciendo las excavaciones, cuando estaban haciendo la medianera. Hace un tiempo no existía la pared; me están acusando de algo que no es y me tiraron un muerto. No sé si fue intencional, es raro«. Además había afirmado ante los obreros que los huesos podrían haber llegado en un camión con tierra o que pertenecían un convento de la zona.

Más allá de esas afirmaciones, que pueden ser leídas como una forma de defensa, el fiscal argumentó que “la sola presencia del cuerpo de un adolescente enterrado en el fondo de una vivienda habitada en forma continua e ininterrumpida por una misma familia, resultaría suficiente indagar entre sus históricos ocupantes a fin de conocer la verdad sobre los antecedentes del macabro descubrimiento”.

De acuerdo a la ley vigente, la causa por el asesinato del joven está prescripta por el paso del tiempo, por lo que, el proceso se inició por el delito de encubrimiento en el que Graf es el principal apuntado. El fiscal busca, de esta manera, darle una respuesta a la familia de la víctima.

En cuanto al pedido de Graf para que se rechace la cautelar, en el escrito que presentó junto con sus abogados Erica Lorena Nyczypor y Martín Hernán Díaz, señaló que la familia de la víctima “solamente se interpone con fines económicos y no de saber la realidad de los hechos como supuestamente plantean”.

La desaparición y hallazgo de Diego Fernández Lima

Diego “el Gaita” Fernández Lima, el joven que desapareció el 26 de julio de 1984, a los 16 años. Aquella tarde, después de almorzar con su madre y pedirle dinero para visitar a un amigo, fue visto por última vez en la esquina de Rómulo Naón y Monroe, en Villa Urquiza. Nunca llegó a su colegio, la ENET N°36.

Sus padres, Juan Benigno Fernández e Irma Lima, reportaron de inmediato la desaparición en la Comisaría 39, pero el caso fue archivado como una presunta “fuga de hogar”. Iniciaron entonces una incansable búsqueda, con panfletos y gestiones en medios. Su padre murió en 1986 sin conocer el paradero de su hijo, mientras su madre y hermanos continuaban la lucha.

El hallazgo se produjo el pasado 20 de mayo, cuando obreros que trabajaban en una propiedad de la avenida Congreso 3748, que había alquilado el músico Gustavo Cerati, descubrieron restos óseos en el jardín lindante con la casa de Congreso 3742. Allí vivía, desde los años ’70, un excompañero de escuela de la víctima con su familia.

La investigación, a cargo de la fiscal López Perrando y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), analizó 151 fragmentos de huesos. Los expertos determinaron que el adolescente fue asesinado con una puñalada en el tórax, que dejó una marca en su cuarta costilla derecha. Tras el crimen, intentaron desmembrarlo sin éxito y lo enterraron en una fosa improvisada a 60 cm de profundidad. El excompañero de escuela fue imputado en la causa, aportando un giro crucial a este caso que permaneció décadas sin respuestas.

LM

También puede interesarte