Aplicaciones al alcance de todos

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La disrupción tecnológica no dejó afuera al universo del transporte urbano. La aparición de las aplicaciones fue reemplazando en un proceso pausado pero inexorable a íconos del sistema, como los taxis y remises que eran una postal de las grandes ciudades, como Buenos Aires. En esto tuvo incidencia la evolución de los teléfonos inteligentes: se estima que en 2025 había 40 millones de aparatos sobre un total de 59 millones de líneas activas (casi 1,5 por habitante mayor a 14 años).

Revolución táctil. La facilidad para el uso y la evolución de una tecnología amigable así como la penetración de las diferentes billeteras de pago empujaron el negocio: Uber estima que hay casi 350.000 conductores inscriptos en las aplicaciones de transporte, un número que puede parecer inflado por la superposición. y archivaron el viejo conflicto entre taxistas “registrados” y “uberizados” en sitios de alta densidad, como la Ciudad de Buenos Aires. Precisamente, Uber estima que casi 17.000 conductores registrados son también taxis tradicionales.

El único cuello de botella para que el negocio continúe su marcha es la del acceso al auto que cumpla con los requisitos mínimo establecidos, por las tres empresas principales: Uber, Cabify y Didi. A fines de 2024 el parque automotor argentino era de 12 millones de vehículos, según la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) con una antigüedad promedio de 10 años. El valor de los cero kilómetro, las dificultades para financiar la compra y los altos gastos de mantenimiento son un lastre para la expansión de dicho parque y su renovación. Se estima que el costo mensual de uno de los tres autos más vendidos del último lustro, el Fiat Cronos, ronda los $400.000, sólo entre patenten ($1,5 millón anual en la Provincia de Buenos Aires), seguro contra todo riesgo con franquicia, un garage económico y la amortización de los services oficiales ($320.000 cada 10.000 kilómetros de rodaje). Sin embargo, esta dificultad se transformó en una oportunidad para las plataformas: trabajando a otra escala, se pueden abaratar los costos por viaje y prescindir, al menos, de una segunda unidad.

La vidriera. El cúmulo de estas razones se convirtieron en una gran oportunidad para las empresas que alquilan autos a conductores que así pueden sortear una de las dificultades y atender una demanda creciente. DeRentas es una de ellas: cuenta con 4.000 vehículos registrados, tanto propios como de terceros que los ponen bajo su administración. “El auto como símbolo de estatus va quedando atrás y emerge una visión más práctica, colaborativa y productiva de la movilidad; un cambio cultural silencioso pero profundo que está reconfigurando la economía urbana, el trabajo independiente y el valor del tiempo” explica el CEO de la compañía, Juan De La Cruz. DeRentas funciona como una plataforma tecnológica de renting, gestionando una flota de más de 4.000 vehículos en Buenos Aires, a disposición de conductores de aplicaciones como Uber, con la que existe una alianza comercial en la región. “Nos ocupamos de todo: habilitación, seguros, mantenimiento, telemetría, data analytics, con soporte permanente”, agrega. La empresa está constituida como una SRL argentina, con un equipo de más de 70 colaboradores en áreas de logística, IT, administración y operaciones. “Nuestro objetivo es llegar a 20.000 vehículos operativos en el corto plazo, expandiendo el modelo a otras ciudades del país y a mediano plazo, buscamos consolidarnos como el principal operador ‘FleetTech’ en América Latina, integrando verticales en el rubro”, concluye.

El mercado. Francisco Diez Peña es Chief Operating Officer de Autonomy, otra statup argentina presidida por José Trusso con foco en las soluciones de movilidad urbana que nació en 2023 fondeada por inversores particulares y que creció bajo el programa Scale Up de la organización Endeavor.

Actualmente cuenta en la actualidad con 800 unidades propias y acuerdos con las plataformas para el alquiler de vehículos a conductores que empiezan su camino. Su meta son llegar a las 1.000 para fin de año y 3.000 para 2026, con modelos Fiat Cronos, Renault Logan, VW Polo y Toyota Yaris como los más usuales. Pone como atractivo especial el programa “Rent to own” a través de un modelo flexible de suscripción con opción a compra permite que conductores sin historial crediticio formal puedan acceder a su herramienta de trabajo y generar ingresos, que también alienta el cuidado de la flota y su renovación.

La tecnología brinda la posibilidad de monitoreo en tiempo real de las principales métricas del negocio para evaluar la performance del chofer. El sistema “minorista” establece un kilometraje libre de hasta 2.000 km. por semana, con todos los gastos fijos a cargo de la empresa y las infracciones de tránsito por el conductor. Se estima que el alquiler de un auto ($360.000 semanales) se lleva entre el 35% y 40% de lo recaudado pero en algunos casos la pericia comercial y experiencia del conductor le permite facturar hasta $1,8 millón cada siete días.

El lado “verde” de esta tendencia también está marcado por el ritmo que le imprimen las grandes plataformas. Cabify, por ejemplo, ya anunció que para 2030 aspira a que todas sus unidades sean de motorización eléctrica: hoy cuentan con 15 unidades de este tipo que utilizan como demostración y prueba para la estandarización de la flota. El futuro validará parte de estas apuesta y corregirá otras. La creatividad y respuesta inmediata a nuevas oportunidades sigue siendo la marca registrada de los emprendedores argentinos.

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