Cárcel, balas y falopa: las relaciones peligrosas del diputado Espert

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“A los delincuentes hay que llenarlos de agujeros a balazos y a los bunkers de los narcos pasarlos por arriba con los tanques. Colgás cuatro o cinco de esos en la plaza pública y vas a ver cómo no joden más”, dijo José Luis Espert el 4 de febrero pasado en TN a Jonathan Viale, quien apenas balbuceaba cosas como “¿en serio me decís?” o “es muy fuerte”.

Cinco años antes, en octubre de 2019, durante el debate de candidatos presidenciales, también posó de justiciero. Allí dijo ser “un ciudadano común como vos” que defiende “el sentido común”. Se preguntó: “¿Estamos del lado del inocente o de los delincuentes?” Y se respondió: “Del lado de los que sufren la inseguridad”. Prometió más cárceles, bajar a 14 años la edad de imputabilidad y “piquetero que corta la calle, termina preso”. Pero, a diferencia de su retórica actual, ni en la transcripción escrita de aquel debate ni en los videos que se encuentran en Youtube, Espert mencionó la palabra “narcotráfico”. No fue un mero olvido.

Autor del patético eslógan “cárcel o bala” para graficar sus propuestas, Espert es el típico pendenciero provocador que dispara veneno contra todo lo que odia y justifica cuanta aberración hagan sus amigos y socios. Acá te damos un pantallazo de esa parte de la biografía que el diputado libertariano calla y le jode que otros ventilen.

En la puerta de su casa se leyó: «Acá está la mierda de Espert»

La bosta y la mierda

La noche del lunes 23 de junio José Luis Espert olió a bosta. Pero a la vez, vio la luz. Las bolsas de estiércol arrojadas por un grupo de militantes peronistas en la vereda de su casa de San Isidro primero le provocaron asco. Sin embargo, al ver el pasacalle desplegado sobre su ventana se le prendió la lamparita. “Acá vive la mierda de Espert” , rezaba el trozo de tela plástica. Él leyó otra cosa: “cárcel o bala para ellos” .

Lo que tenía destino de simple contravención municipal se convirtió en una causa penal federal por “amenazas coactivas”, “atentado contra el orden público” y hasta una potencial “asociación ilícita”. Así lo escribió en el expediente la jueza Sandra Arroyo Salgado, titular del Juzgado Federal 1 de esa ciudad del norte del Gran Buenos Aires, siempre solícita a la hora de congraciarse con el poder.

Espert y la ministra de “Seguridad Nacional” Patricia Bullrich le pidieron a Arroyo Salgado el mayor ruido posible. Ella ordenó allanamientos y pericias, que derivaron en la detención de siete personas. Los primeros en caer fueron Alesia Abaigar, funcionaria de la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, su expareja y su madre de 70 años. Días después detuvieron a cuatro personas más, entre ellas Eva Mieri, concejala kirchnerista de Quilmes.

Abaigar estuvo once días detenida y otros tantos con domiciliaria. Mieri fue liberada este martes, después de diez días presa. En diferentes fallos, la Cámara Federal de San Martín obligó a Arroyo Salgado a liberar a todos. Las pocas “pruebas” con las decía contar la jueza eran de una endeblez pasmosa, empezando por la incapacidad de identificar siquiera a los autores del escrache. A lo que se agrega la saña con la que trató a las y los detenidos. El caso extremo es el de Abaigar, rayano con la tortura. Indiferente a la grave afección pulmonar que sufre la mujer, la magistrada le negó su excarcelación y la mandó varios días a la cárcel federal de Ezeiza.

Cédulas azules, circulares rojas

La gran “prueba” de Arroyo Salgado para detener a Abaigar, su madre Eva Pietravallo y su expareja es la presunta utilización de un Renault Clio en la acción frente a la casa del diputado de La Libertad Avanza. El coche pertenece a la funcionaria bonaerense, en tanto que su madre y su amigo tienen cédulas azules a su nombre. Para la jueza, eso bastó para allanarlos, imputarlos y detenerlos. A Pietravallo la liberó relativamente rápido, pero se quedó con su teléfono, jodiéndola para su trabajo como psicóloga.

Espert no ocultó su alegría al ver la persecución encarada por Arroyo Salgado. ¿Pero qué habrá pensado al ver que la jueza tomó un par de cédulas azules como “pruebas” para ejecutar detenciones? Posiblemente se haya preguntado “¿qué me tocaría a mí si todo el Poder Judicial utilizara la misma vara para medir culpas e inocencias?” Es que el diputado supo tener a su nombre la cédula azul de una camioneta blindada ligada al narcotráfico. Algo de lo que poco se habla pero que, si se tira de la punta del hilo, lo ubica más cerca del crimen que de las víctimas.

La camioneta es una Jeep Grand Cherokee negra, patente OIO 592 . Su dueño es Claudio Ciccarelli, un “empresario” oriundo de la ciudad de Viedma. Es difícil determinar desde cuándo se conocen, pero entre Espert y Ciccarelli supo haber una relación muy estrecha. Tanto que en 2019, cuando el hoy diputado se candidateaba a presidente, el rionegrino le extendió una cédula azul a su nombre para que usara el vehículo en sus recorridas. Según reconocieron entonces el propio Espert y su compañero de fórmula Luis Rosales en Crónica TV , la usaron toda la campaña.

Otro que ligó un cédula azul de la Grand Cherokee fue Nazareno Etchepare, jefe de aquella campaña de Espert y quien se adjudica haber convencido al economista de “meterse en política”. Abogado, ultraliberal y rosquero, Etchepare tiene una página de Facebook bautizada El Cipayo. Todo dicho.

La fórmula Espert-Rosales apenas arañó el 1,47 % de los votos en 2019, la menos votada de las seis fuerzas que compitieron. Tras esa frustrada experiencia, Espert y Etchepare rompieron su “sociedad”. Un rumor, nunca confirmado ni desmentido por ellos, dice que el verdadero motivo de la ruptura fue una “mejicaneada” con mucho dinero en juego. ¿Quién estafó a quién? ¿O los dos estafaron a un tercero? Difícil saberlo. Hoy Etchepare se declara opositor al gobierno del que Espert, probablemente, sea máximo candidato en las elecciones de octubre en la Provincia de Buenos Aires.

Ningún juez les pidió explicaciones a Espert y Etchepare por tener cédulas azules de la camioneta de Ciccarelli. Y vaya si lo amerita. Como informaron varios medios en diferentes momentos (ver acá, acá o acá), esas credenciales fueron descubiertas en 2021, en el marco de una causa judicial por narcotráfico y lavado de dinero iniciada en Estados Unidos. Dos años después de las giras liberfachas con la Grand Cherokee salió a la luz que el vehículo integraba la flota de una red criminal conducida por el viedmense Federico Machado, primo hermano y socio de Ciccarelli.

A Machado lo detuvieron en el aeropuerto de Neuquén el 16 de abril de 2021. Según se informó oficialmente, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), orden judicial en mano, lo abordó mientras esperaba un avión para viajar a Buenos Aires. Hacía un par de meses pesaba sobre él una circular roja de Interpol . Lo reclamaba el Tribunal del Distrito Este de Texas que lo imputó por delitos gravísimos proveedores de botines millonarios.

Fred Machado antes y después de su detención

El amigo Fred

Espert, Etchepare, Ciccarelli y Machado eran amigos. ¿También eran socios? Se sabe que al menos los dos últimos sí. La causa tramitada en Texas no sólo le sacó el velo a “Fred”, el exitoso empresario aeronáutico que aparecía en publicaciones de élite y vivía más tiempo en Miami que en Argentina. También sacó a la luz parte de sus relaciones personales y políticas. Entre ellas, con el pelado José Luis.

Apenas detenido, Machado fue enviado a Viedma con prisión domiciliaria. El periodista Pablo Ibáñez confirmó recientemente en Cenital que Fred aún espera allí que lo lleven a Estados Unidos para ser juzgado. Lleva más de cuatro años en su casa, pese a que desde abril de 2022 el Poder Judicial federal de Neuquén declaró procedente la extradición solicitada por el Estado norteamericano. ¿Qué factor lo retiene en suelo rionegrino? Preguntas que se acumulan sin respuestas.

Cuando cayó preso, medios nacionales y locales difundieron registros y testimonios que demostraban el indisimulable vínculo entre Machado y Espert. Lo más estridente fue la foto tomada en 2019 en la que Espert y Etchepare aparecen delante de un avión con matrícula estadounidense N28FM, propiedad de Machado. Al igual que la camioneta Grand Cherokee , la nave era parte de una flota al servicio de los “negocios” de Fred. Quien primero difundió la imagen fue el periodista Rodis Recalt de Noticias.

El empresario les había “prestado” el avión para la campaña y hasta participó de (al menos) uno de esos vuelos. Fue en abril, cuando el candidato del entonces Frente Despertar presentó su libro La sociedad cómplice en Viedma, ciudad natal de sus amigos. Allí, una de las primeras cosas que dijo Espert fue “gracias a Fred Machado por el excelente vuelo que hemos tenido” . ¿Cuál fue esa “excelencia”? ¿Por qué un saludo tan especial? Más preguntas.

Volare, oh oh

Machado nació en 1968. Según él, en una familia de clase media. Su pasión por los aviones se habría despertado en 1982, al ver las arriesgadas maniobras de los pilotos combatientes en Malvinas. A los veinte años se fue a “probar suerte” a California. Trabajó de varias cosas y estudió la carrera de piloto. En 2000 se mudó a Fort Lauderdale, Florida.

Su autobiografía habla de un gran esfuerzo “desde abajo”, como suelen barnizar su historia los multimillonarios. Pero, como lo supo reflejar Cecilia Di Lodovico en TN, fue su meloneo con clientes famosos e influyentes lo que le “abrió las puertas” para convertirse en un capo de la compra-venta de aviones privados a través de sus criaturas South Aviation Inc. y Pampa Aircraft Financing .

Al no ser estadounidense, para que sus aviones tuvieran matrícula empezada en “N” contó con el favor de los dueños de Debra Lynn Mercer-Erwin , propietarios a su vez de Aircraft Guaranty Corporation , firma conocida por patentar aeronaves en Onalaska, un pueblo texano que no tiene aeropuerto.

Al menos desde 2010 Machado figura en causas judiciales vinculadas al narcotráfico y al lavado de activos, tanto en Argentina como en otros países. Particularmente se apuntó a su empresa South Aviation Inc. como intermediaria en la venta de aviones para bandas narco. En un expediente del Poder Judicial español, relevado en 2021 por Clarín, figura como arrendatario de aviones para los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá. Hijos del exjefe de la Fuerza Aérea durante el menemismo José Juliá, ambos “emprendedores” fueron condenados en Barcelona por haber trasladado desde Ezeiza una tonelada de cocaína.

A Machado también le adjudicaron servicios exclusivos de taxi aéreo contratados por Federico Elaskar, turbio financista que saltó a la fama tras “confesar” por televisión haber trabajado para Lázaro Báez, amigo del matrimonio Kirchner.

En 2015, dicen que gracias a un cruce fortuito en un aeropuerto, Fred conoció a un funcionario del gobierno guatemalteco. Charla va, charla viene, decidió conocer más de cerca el país centroamericano. Tanto se entusiasmó que hasta se mudó allí y sumó a sus negocios aéreos otros más terrenos. Con Minas del Pueblo S.A. extrajo plata y cobre de tierras del Banco Nacional de Guatemala. Luego, junto a su hermano, agregó negocios inmobiliarios.

Fuentes guatemaltecas, sólo desmentidas por Machado, aseguran que, al igual que lo haría con Espert, el amigo Fred hizo cuantiosos aportes a la campaña de Jimmy Morales, quien presidió Guatemala entre 2016 y 2020. Como se sabe, ningún capitalista financia lo que no le augura un buen retorno.

Pero envalentonado por sus éxitos, Machado se descuidó. Algunos de sus financistas empezaron a sospechar de sus maniobras. Cuando vieron que aviones de sus empresas quedaban involucrados en el tráfico de drogas, buscaron despegarse y judicializaron el tema.

Documentos que constan en el Poder Judicial de Texas indican que Machado usó South Aviation Inc. para comprar aeronaves que, previo registro ilegal ante la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), eran vendidas en otros países. Fred montó un verdadero sistema piramidal estilo Ponzi , usando a cada nuevo “inversor” como palanca para más negocios. “Hallamos envíos por millones de dólares a nombre de Machado, quien desviaba parte del dinero a minas de minerales en Guatemala”, señaló entonces el fiscal federal Ernest González, a cargo del caso.

Narcoaviones provistos por Machado aparecieron en países como Colombia, Venezuela, Ecuador, Belice, Honduras, Guatemala, México y el Estado español, afirma un informe de 2021 del sitio estadounidense InSight Crime . Demasiadas razones como para que el emprendedor creyera conveniente empezar a pasar más tiempo en Viedma que en Miami o Guatemala.

Espert, Etchepare y el avioncito de Fred

Tropezones y caída

Salvo para sus amigos y clientes, en 2019 Fred Machado no era muy conocido públicamente. De hecho, cuando Espert lo aduló en la presentación de su libro, más de uno preguntó quién era. Faltaba aún para que su nombre apareciera adosado a un frondoso prontuario. Hasta entonces, no dejó de “invertir” tiempo, vehículo y, probablemente, dinero en la campaña de Espert.

Cuando dos años después lo detuvieron en Neuquén, acusado desde Estados Unidos de integrar una banda dedicada al tráfico de cocaína y el lavado de dinero, muchos quedaron en shock. Pero, en rigor, su detención no fue sorpresiva. Hacía menos de dos meses que había vuelto de México, donde estuvo un tiempo refugiado tras ser detenido en Sherman, una pequeña ciudad del condado texano de Grayson, en el marco de la misma causa judicial. Fue en abril de 2020.

Según las fuentes consultadas, aquella vez zafó porque el fiscal González, ávido de más pruebas, le ofreció “colaborar” en la causa judicial a cambio de algún beneficio. Él aceptó. Pero después de algunos aportes creyó que, para su seguridad, era mejor guardar silencio. A fines de febrero de 2021 decidió volver a Argentina. Además, su nombre también resonaba en los medios guatemaltecos, por una investigación que lo sindicaba como cabeza de una organización que extraía ilegalmente oro y plata de una mina de Camotán.

Refugiado en Viedma, le dijo a medios centroamericanos que era víctima de una persecución “por error”, producto de una trampa orquestada desde Guatemala. El fiscal González respondía desde Texas que, en realidad, tenía probado que Fred llevaba “lavados” unos 550 millones de dólares provenientes del tráfico de cocaína y posiblemente pretendiera lavar otros 34 en Argentina.

El 1° de abril de 2021 el Tribunal para el East District de Texas ordenó el arresto preventivo de Fred por considerarlo responsable de “asociación ilícita para la fabricación y distribución de cocaína”, “lavado de dinero” y “fraude virtual”. Con ayuda de la Dirección de Inteligencia Criminal del Ministerio de Seguridad argentino, el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense localizó a Machado en la Patagonia. Interpol emitió su circular roja el 14 de abril. Dos días después, la PSA lo detuvo en el aeropuerto de Neuquén, a punto de embarcar hacia Buenos Aires.

La detención de Fred pudo abrir una caja de Pandora con esquirlas impredecibles. Pero con el paso del tiempo cada vez se habló menos del asunto. Salvo excepciones, las corporaciones mediáticas cubrieron poco y nada el tema. Ni siquiera hubo una indagación a fondo de lo más evidente: la fotografía de Espert y Etchepare junto a un avión de Machado y el afectuoso reconocimiento a éste de parte del libertariano al presentar su libro en Viedma.

Aportes a la causa

Una de las preguntas más espinosas para Espert es cuánto aportó realmente Fred Machado a su campaña presidencial de 2019. Lógicamente, no se la hizo ninguno de los ensobrados de los canales y portales que el calvo libertariano visita a diario. Y las veces que se lo preguntaron en la Cámara de Diputados, se hizo el distraído. Según escribió Gabriel Ziblat en abril de 2021 en Perfil, la única referencia al tema desde su entorno fue para acusar a referentes de Juntos por el Cambio de haber lanzado una “operación” para joderlo.

Pero hay hechos inocultables. En la rendición económica de campaña que cada partido presenta por ley ante la Justicia electoral, los apoderados de Unite (el sello legal por el que se presentó el Frente Despertar) declararon que esa campaña se financió sólo con los $ 60 millones otorgados por el Estado, como hace con todas las listas. Según Espert, no sólo Machado no aportó nada, sino que tampoco lo hizo ningún otro “privado”. Ridículo.

Unite, vale recordar, es un sello electoral creado por el rosarino José Bonacci, de quien hablamos acá hace tiempo. Un arribista buscacargos, que idolatra a Adolf Hitler y hasta se fotografió públicamente con un ejemplar de Mi lucha en la mano. En 2019, tras una negociación a las apuradas, le alquiló Unite a Espert luego de que a éste lo abandonara Alberto Aseff y su sello Unir (que se fue con Juntos por el Cambio). Su hija, Rocío Bonacci, es una de las diputadas que ingresaron al Congreso en 2023 con La Libertad Avanza.

Espert no declaró, como gastos de campaña, el “alquiler” del avión de Machado ni de la Grand Cherokee de Ciccarelli. Entonces habría que inferir que los costos de movilidad y mantenimiento de esos vehículos corrieron por cuenta de sus dueños. Si es así, ¿qué otra logística y cuánto plata “en negro” aportaron esos amigos comprometidos con la causa “libertaria”?

Si el Poder Judicial midiera al amigo de narcos con la misma vara que lo hace con militantes que tiran bosta en veredas ajenas, esas preguntas tendrían respuesta. Apenas detenido Machado, en Comodoro Py se presentó una denuncia contra Espert, Rosales, y Etchepare por “asociación ilícita” y “encubrimiento” de delitos económicos y financieros. Se los acusaba directamente de no declarar los aportes de Machado a la Campaña Espert-Rosales 2019 . El juzgado de Marcelo Martínez de Giorgi lleva cuatro años sin novedades.

En el mismo artículo de Ziblat citado más arriba, desde el entorno de Espert ensayaron un descargo: “¿A nadie le interesan las otras campañas? ¿Lo único que importa es si Espert usó el avión de una empresa, que es de un señor, que está acusado en Estados Unidos? ¿No revisaron los aviones de otros candidatos?”… ¿Qué más se puede agregar?

Espert con la Policía minutos después del ataque a la Grand Cherokee

A los tiros por Retiro

Se puede agregar un último episodio. Casi cinematográfico. La noche del 6 de agosto de 2019 Espert y Rosales viajaban desde la zona norte rumbo a los estudios de Crónica TV del barrio de San Telmo. Iban juntos en el asiento trasero de la Jeep Grand Cherokee negra, blindada, prestada por Ciccarelli. Según relataron minutos después a la periodista Nancy Pazos, al cruzar el barrio de Retiro, a la altura del Hotel Sheraton, sintieron dos fuertes impactos en la ventanilla del conductor.

“Inmediatamente aparecieron esas dos marcas en los vidrios, a la altura de esos dos impactos está el oído y el cuello del conductor”, dijo serio Espert recién llegado al estudio. Mientras, una cámara mostraba desde la calle la camioneta. El candidato confirmó que los vidrios eran blindados (“si no, era un desastre”) y aseguró que se salvó de milagro (“agradezco a Dios y a mi padre que está en el cielo cuidándome”).

Pese a la precisión de los impactos, Espert quiso despejar cualquier duda sobre el móvil del ataque. “Alguna vez podía tocarme a mí, no lo vinculo en principio con la actividad política, hechos de inseguridad han sufrido todos”, dijo, “simplemente ocurrió lo que ocurrió”. Faltaban cinco días para las PASO del domingo 11.

Según las primeras pericias realizadas a la ventanilla de la Grand Cherokee , los impactos fueron de piedras. Sin embargo, en un principio tanto ellos como especialistas en temas criminales y periodistas coincidían en que, por más fuerte que sea, ningún piedrazo podría causar semejante daño al vidrio blindado. Hubo quien, incluso, aventuró que ése tipo de marca la dejan proyectiles tipo 9 milímetros (se puede ver en el mismo video de Crónica).

El ataque fue en una de las zonas más hipervigiladas de la ciudad más importante del país. Las cámaras de seguridad y la Policía pueblan el paisaje. Pero hasta hoy se desconoce quiénes cometieron el hecho y, menos aún, por qué.

Lo que sí se sabe es que por esa misma época, además de trasladar a Espert en su gira proselitista, la camioneta solía transportar a Machado, especialmente cuando llegaba a Ezeiza desde Miami, Guatemala u otro lugar del mundo. Por eso tras la detención de Fred se descubrieron las cédulas azules que Ciccarelli les había extendido a Espert, Etchepare y otros amigos.

Una imagen de la Grand Cherokee tomada por las cámaras de TN aportó un dato más que curioso. Allí se ve la chapa patente retorcida, con signos de haber sido fuertemente manipulada. Algo que contrasta con el aspecto impecable de la camioneta. ¿También fueron piedrazos anónimos?

Sabe, pero no contesta

José Luis Espert está listo para batallar hacia octubre como cabeza de lista del Frente La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires. Con su verba brava enfocada en la gestión de Axel Kicillof y su hobby de insultar a la izquierda, el feminismo y los movimientos populares, se ganó el crédito de les hermanes Milei para representarles en tan importante elección. Ahora el financiamiento de la campaña no dependerá de amigos como Machado o Ciccarelli. Hoy tienen los “fierros” del Estado, lo que incluye fondos reservados de la SIDE y otras cajas, además de generosos amigos más presentables que Fred.

Tal vez algunos de esos fondos frescos se hayan recaudado con la criptoestafa $Libra , a la que Espert ayudó retuiteando el posteo promocional de Milei en X. Y otro tanto con la Fundación Faro que preside Agustín Laje (otro promotor de $Libra ), que lleva meses recaudando aportes de entre los sectores más conservadores y concentrados del capital, grandes beneficiados de las medidas del Gobierno.

Mientras Machado pasa el invierno en Viedma con su familia, Espert surfea la cresta de la ola y parece no querer bajar. Y así como el candidato no puede explicar hasta dónde llega su vínculo con narcotraficantes, nadie puede explicar por qué, pese a existir desde 2022 la orden judicial para su extradición, el amigo Fred sigue tranquilo en su “prisión domiciliaria”.

¿Cuánto faltará para que el paladín de la cárcel y la bala, criminalizador de la disidencia y las protestas sociales, mentiroso consuetudinario y amigazo de criminales de guante blanco dé explicaciones de todo lo que dice su prontuario?

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