Después de casi dos años fuera de las canchas, Alejandro «Papu» Gómez confirmó su regreso al fútbol profesional. El volante argentino de 36 años, que cumplirá 37 en febrero, será refuerzo del Calcio Pádova, club recientemente ascendido a la Serie B de Italia, en lo que será su vuelta oficial una vez que cumpla con la sanción por doping impuesta en 2023.
El ex jugador de Atalanta, Sevilla y Monza firmará un contrato por dos temporadas con opción a una tercera, y se entrenará con el plantel mientras espera que expire su castigo. Recién podrá volver a jugar el 20 de octubre, cuando se cumpla el plazo de la sanción por consumo de terbutalina, una sustancia prohibida, que según explicó, ingirió por accidente en un jarabe para su hijo.
El camino de regreso para el Papu Gómez
Durante los últimos meses, el Papu se mantuvo en forma entrenando con el AC Renate, club de la Serie C italiana, pero decidió sumarse a un proyecto más ambicioso con el objetivo de volver a competir al máximo nivel. En declaraciones a La Gazzetta dello Sport, Gómez había anticipado que tenía ofertas sobre la mesa: “Algunos clubes han llamado a mi agente para saber cómo estoy, cuándo termina la suspensión y cuáles son mis intenciones”, dijo semanas atrás.
Finalmente, el Pádova le ganó la pulseada a varios interesados, y se quedó con uno de los nombres más importantes del próximo campeonato. El argentino compartirá plantel con Daniele Baselli, ex Torino, en un equipo que buscará consolidarse tras su regreso a la segunda división del Calcio.
papu gomez
La sanción que lo alejó del fútbol
En noviembre de 2023, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) sancionó a Papu Gómez con dos años de suspensión por dar positivo en un control mientras jugaba en Sevilla. Según el jugador, la sustancia se halló en su organismo por el consumo accidental de un jarabe infantil que pertenecía a su hijo. Sin embargo, la Comisión Española Antidopaje consideró que se trató de un caso de «negligencia grave».
Lejos de retirarse, Gómez eligió el camino de la preparación y el regreso. En pocos meses, volverá a ponerse los botines en una categoría que lo conoce bien, en un país que lo adoptó como ídolo en su etapa en Bérgamo con la camiseta de Atalanta.
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