Para los ahorristas concluyó un mes de mucha volatilidad, que se caracterizó por una toma de ganancias tras las subas importantes que se registraron en las cotizaciones de las acciones y bonos en todo el año pasado en la plaza doméstica, mientras que en el exterior hubo diversas noticias de relevancia, como la asunción de Donald Trump en Estados Unidos y los anuncios de aranceles al comercio, entre otras.
De hecho, a nivel local, enero fue un mes «mixto» entre subas y bajas registradas, tras las fuertes subas de los últimos meses, donde hubo cobros de cupones de bonos y amortizaciones que no se reinvirtieron.
En concreto, el principal índice de acciones de empresas líderes de Buenos Aires, el Merval, subió apenas 1,2% en todo el mes, por lo que se ubicó por debajo de la inflación de alrededor de 2% mensual.
Un nivel que quedó lejos respecto a la suba de 12% que tuvo el Merval en diciembre pasado.
Las acciones líderes que más se destacaron en enero fueron, en primer lugar, las del BBVA, que treparon 16%. Seguidas por Supervielle (11%) y Grupo Galicia, con una suba cercana al 9% en el mes.
En tanto, Metrogas registró una caída de 11% y Edenor del 9% en todo enero.
En Estados Unidos, las empresas argentinas que cotizan en Wall Street también tuvieron un comportamiento «mixto», en el que se destacaron los ADR del BBVA, con un alza de 14% en dólares. Luego se ubicaron Mercado Libre (13%), y Grupo Galicia y Supervielle, con un ascenso, en ambos casos, de alrededor de 8% en moneda estadounidense. En cambio, Edenor fue el papel que más bajó, con un retroceso del 9%.
También los bonos sufrieron un fuerte golpe en enero, con caídas que llegaron hasta el 15% en todo el mes, como fue el caso del bono de deuda en dólares emitido al año 2029 (AL29), seguido por el que tiene vencimiento en el 2030 (AL30) y el Global al mismo año (GD30), con bajas cercanas al 12%.
«El mercado argentino cerró enero con una combinación de volatilidad, rebotes y medidas gubernamentales que impactaron tanto en el S&P Merval como en los bonos soberanos», indica David Berisso, jefe de Sales Trader en Balanz.
Durante el mes, resalta que la atención estuvo centrada en la evolución de la inflación, la licitación de deuda, las negociaciones con el FMI y la reducción de retenciones al sector agropecuario y la baja de las tasas de interés reciente.
A nivel internacional, la atención estuvo a la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y su anuncio de aranceles al comercio exterior y la irrupción de nuevas tecnologías en inteligencia artificial, como DeepSeek, que también influyó en los movimientos de acciones y bonos.
«En primer lugar, enero fue un mes de tomas de ganancias, en general, tanto en Argentina como en el exterior. A nivel local, luego de los excepcionales meses de noviembre y diciembre, con las escaladas primero de los bonos y luego de las acciones bancarias, es lógico que después de eso haya una toma de ganancias», resume Marcelo Bastante, analista de mercados.
Por su parte, Lucas Decoud, analista de research de Grupo IEB, agrega: «Venimos de un año extraordinario para la deuda hard dólar, con retornos superiores a 100%, que se explican por resultados macros que sobrepasaron las expectativas de mercado, tanto en materia fiscal como inflacionaria, en un contexto de un elevado apoyo social. Por otra parte, antes veníamos de valuaciones muy bajas, relacionadas al riesgo de una crisis inminente y a la sostenibilidad política del Gobierno».
En resumen, durante enero de este año la deuda tuvo una leve corrección atribuible a toma de ganancias por parte de los inversores con cobros de cupones y amortizaciones que no se reinvirtieron.
En qué invertir en febrero
Febrero comienza con un panorama de inflación a la baja y con el nuevo ritmo menor de devaluación oficial (crawling peg) que será de 1% mensual. Todo en medio de un marco mundial incierto, donde las pujas por los aranceles comerciales pueden afectar a algunas compañías.
«En febrero comienza el crawling peg al 1% por mes, con lo cual, es probable que sean los últimos meses con carry trade atractivo, ya que el premio por quedarse en pesos es cada vez más bajo, y las inversiones en dólares vuelven a ser atractivas, ya que nos permiten capturar un rendimiento positivo del 8% por año», resalta Esteban Castro, economista y Ceo Inv.est.
Al respecto, destaca, por ejemplo, a las obligaciones negociables (ON) o bopreales, «lo que genera que el inversor ya esté cerca de un punto de equilibrio entre la rentabilidad tanto en pesos como en dólares. Por eso, una cartera con composición en bopreales, obligaciones negociables y bonos Badlar conforman el mejor mix para poder obtener una rentabilidad atractiva en pesos y dólares», completa a iProfesional.
Por el lado de los bopreales, para Castro se destacan dos emitidos al 31 de octubre de 2027: el BPC7D, rindiendo 9,4% anual, y el BPB7D que ofrece 8,1%
En cuanto a las ON, destaca Telecom (TLCMD) rindiendo en torno al 8,2% o la emitida por Edenor (DNC7D), rindiendo un 8% anual,
Por último, los bonos Badlar más operados son el de la Ciudad de Buenos Aires al 2028 (BDC28) y el de Provincia de Buenos Aires al 2025 (PBA25), con «tasa aproximada reinvirtiendo los cupones del 40% anual», dice Castro.
Por el lado de Decoud, opta por un escenario positivo para el Gobierno donde recomienda los bonos globales, como los emitidos al 2035 (GD35) y al año 2041 (GD41).
En acciones, para Rocco Abalsamo, analista de PPI, «creemos estar en un óptimo punto de compra, y nos mantenemos firmes con nuestras expectativas a largo plazo, viendo con buenos ojos a aquellos sectores con mayor upside potencial para 2025, específicamente, me refiero al sector financiero y energético, viendo oportunidades en los papeles de Supervielle, Banco Macro, BBVA, Grupo Galicia, YPF, Ternium Argentina, Aluar y Cablevisión».
Al respecto, Berisso suma: «Si bien el rally accionario sigue firme, para que tenga continuidad será clave el levantamiento de los controles cambiarios, una mayor estabilidad política y reformas estructurales profundas. En este sentido, las elecciones legislativas de octubre podrían ser un factor determinante para habilitar estos cambios. Hasta entonces, el mercado podría moverse dentro de un rango lateral, a la espera de mayor claridad sobre el rumbo económico».-