Hay dos cosas que Franco Colapinto -en horas será anunciado por Alpine para continuar en la Fórmula 1- siempre hace cada vez que visita la Argentina: comer -y disfrutar- las milanesas de su madre y visitar el Kartódromo de Zárate. Por este último sitio, de hecho, pasó un total de tres veces estas últimas semanas: una primera, en la que apareció sin avisar, una segunda ya con el circuito cerrado para él, Bizarrap y otros amigos, y una última junto a su equipo. Ir a girar a esa pista de karting, ubicada en el KM 8,5 de la Ruta Nacional 193, ya es costumbre para el piloto de 21 años. Lo es, de hecho, desde que era un niño.
Es que fue precisamente en ese lugar donde dio sus primeros pasos. «Él se crió en el Kartódromo de Zárate», le cuenta Tomás Villafañe, empleado de la renombrada pista, a Olé. «El papá (Aníbal) lo llevó a girar en karting por primera vez cuando tenía más o menos siete u ocho años. Y en el karting siempre se destacó. Cada vez que viene a la Argentina nos visita a nosotros. Había estado también en el mes de enero del 2024, cuando en ese entonces él era piloto de la Fórmula 2», comenta.
Es por eso que, al regresar a la Argentina este verano tras culminar su primera temporada en la Fórmula 1, volvió a pasar por el Kartódromo, para mantenerse activo sobre el volante. Y ya son tantas sus visitas desde muy chico que construyó una gran relación con Juan Carlos Tardito, dueño del lugar, y su familia, vínculo tan ameno que lo llevó, por caso, a aparecer los últimos días de este diciembre del 2024 sin avisar previamente.
Franco Colapinto en el Kartódromo de Zárate, junto a Tomas Villafañe, Roxana Tardito, Juan Carlos Tardito, Florencia Tardito y Marcos Scaricaciotolli, empleados del lugar.
«Vino acá al Kartódromo la primera vez sin avisar nada. Justo había gente probando, se sacaron un par de fotos, las publicaron en las redes sociales, esas fotos se replicaron y todo el mundo vio que estaba Franco en el Kartódromo», añade Villafañe. Claro, la diferencia ahora es que Colapinto ya es toda una estrella del deporte argentino -elegido el deportista albiceleste más destacado del 2024 junto a Emiliano Dibu Martínez en los Premios Olimpia-, y su presencia, a diferencia de años anteriores, ya no pasó desapercibida, sino que generó que el Kartódromo, de inmediato, se envolviera de fanáticos.
«Automáticamente el Kartódromo fue un mundo de gente. Venían chicos con la remera de Franco, con la remera de Williams, Franco se las firmaba, se sacaba fotos… Nunca negó un autógrafo, nunca negó ninguna foto a nadie. Y después estuvo presente también él en el Kartódromo hace una semana más o menos, que nosotros ya sabíamos que iba a venir y por una cuestión de que queríamos que él esté más tranquilo y que no haya mucha gente y demás, decidimos cerrarlo exclusivamente para él, ya que vino además con Bizarrap, Gabi Gandulia (piloto de TC Pista) y un par de amigos más. Disfrutó un día entero girando, con el Kartódromo exclusivamente para él. Estuvimos almorzando en familia junto a él, Bizarrap, su equipo que es el Acosta Racing Car… Comimos como si fuesen unos más del montón», señala Villafañe.
Colapinto corrió con Bizarrap y Gabi Gandulia.
El regalo que Colapinto dejó en el Kartódromo de Zárate
«Nosotros lo tratamos como es. Él siempre se mostró muy agradecido hacia nosotros y nosotros mismos hacia él. Porque él es un piloto que tiene la oportunidad de correr en cualquier kartódromo, y sin embargo, desde que tiene ocho años, siempre nos elige a nosotros», indica con alegría Villafañe. Incluso, Colapinto, a modo de agradecimiento, les dejó un más que notable presente: «Nos dejó de regalo su remera ignífuga que es la que usó para debutar en la Fórmula 1, firmada y dedicada. Esa remera se va a quedar exhibida en el Kartódromo porque sinceramente es una reliquia que no tiene ningún valor que te puedas imaginar».
Franco Colapinto junto a Roxana Tardito, su padre Aníbal y Juan Carlos Tardito, en el Kartódromo de Zárate.
A los pocos días, Franco volvió a girar por tercera y última vez este verano, antes de partir a Europa, ya con público y con los fanáticos enloquecidos con él, poniéndose en el alambrado a tomar fotos y videos. «No deja de ser un chico de 21 años. Lo vimos formarse. Nosotros como institución estamos muy orgullosos de todo lo que logró con un gran esfuerzo», concluye Villafañe. Un joven de 21 años que el año pasado entró a reemplazar a Logan Sargeant en Williams para las últimas nueve carreras y que, en ese período, sobresalió, sumó puntos y se ganó, por caso, que la escudería francesa Alpine decidiera contar con él para que continúe en la Máxima este 2025.
Franco Colapinto, cuando era un niño.
Colapinto, sobre un karting en el Kartódromo de Zárate. (@ColapintoFiles)
Colapinto, con su Williams en la F1. (
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