No había milagro posible, y este domingo efectivos de la Prefectura uruguaya encontraron finalmente el cuerpo de Franco Toro, en una zona conocida como «La Olla» en la playa uruguaya El Emir en Punta del Este. Como se sabe, el joven argentino, de 30 años, perdió la vida cuando intentaba ayudar a una mujer que se había metido al mar en un peligroso sector de piedras de Punta del Este y fue arrastrada por la corriente.
El destino fue cruel, no con la mujer, que pudo ser rescatada, sino con Franco, que no pudo salir del agua y terminó desaparecido, hasta que este domingo su cuerpo finalmente fue hallado en El Emir. Había ido al balneario uruguayo a trabajar en la temporada.
La agencia Noticias Argentinas detalló que el incidente ocurrió cuando la corriente arrastró a una mujer y dos hombres ingresaron a ayudarla, sin embargo, también quedaron atrapados, al igual que un tercero que intentó intervenir y sufrió el mismo destino.
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Alrededor de las 7:15 de aquel día, Prefectura de Punta del Este recibió el aviso de emergencia y desplegó un operativo con un bote semirrígido y unidades terrestres. Poco después, los efectivos rescataron a la mujer y a uno de los hombre, mientras que el tercer involucrado salió por sus propios medios y Toro no pudo ser localizado.
El joven, quien trabajaba en un comercio gastronómico local durante la temporada de verano, fue buscado intensamente durante cinco días por tierra y mar, empleando equipos especializados en colaboración con autoridades locales.
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No obstante, no fue hasta este domingo que las autoridades involucradas encontraron el cuerpo de joven de 30 años.
Por su parte, quienes fueron rescatados en un primero momento fueron trasladados al Hospital Maldonado, donde permanecieron bajo observación y se constató que se encontraban en buen estado de salud.
Franco Toro: artista y amante de los animales
Franco era oriundo de Bahía Blanca, donde se dedicaba al arte del tatuaje. Su expresión artística iba más allá, explorando también disciplinas como la pintura y la escultura.
El joven administraba varias cuentas de Instagram: una personal, otra para su trabajo como tatuador y una tercera para sus obras plásticas, que incluían acuarelas, óleos y dibujos en lápiz. En su perfil principal compartía imágenes de su gata “Tita” y otros animales exóticos, como serpientes, lagartos y ratas, demostrando su pasión por la fauna.
AS.