La escena parece sacada de una novela de realismo absurdo: una tarde de sol, reposeras alrededor de una pileta en un exclusivo condominio de Barra de Tijuca, y una mujer que, de pronto, recibe un disparo en la cabeza mientras disfruta del verano carioca. La mujer, Rosângela Torres da Silva, de 58 años, terminó en el hospital. Pero lo más increíble no es que sobrevivió; es que, menos de 24 horas después, ya estaba de vuelta en su casa.
El hecho ocurrió este domingo en el Condomínio Vila do Pan, un complejo que, al igual que muchos otros en Río de Janeiro, intenta ser una burbuja de seguridad y lujo frente a la violencia y la inseguridad que domina las calles de la ciudad. El video de una cámara de seguridad, que se volvió viral, captó el momento exacto en que Rosângela, acostada en su reposera, se toca la cabeza tras sentir el impacto. En un principio, nadie podía entender lo que había pasado.
Los bomberos llegaron rápido. La trasladaron de urgencia al Hospital Municipal Lourenço Jorge, donde le realizaron los estudios correspondientes. Contra todo pronóstico, el disparo, que podría haber sido mortal, apenas le causó una herida superficial. Este lunes, Rosângela fue dada de alta y regresó a su casa, como si nada.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Vacaciones 2025: veranear en Mar del Plata puede costar el doble que hacerlo en Río de Janeiro
La investigación quedó en manos de la comisaría local. El delegado Marcos André Buss ordenó una inspección ocular en la pileta y sus alrededores para buscar pistas: restos de bala, alguna evidencia que permita reconstruir lo ocurrido. Lo que se sabe hasta ahora es poco y, como ocurre con frecuencia en estos casos, hay más preguntas que respuestas.
A pocos metros del lugar del incidente, ese mismo domingo se registró un tiroteo en un supermercado cercano. El episodio generó pánico entre los clientes y obligó a interrumpir temporalmente dos líneas del BRT Transcarioca, el sistema de transporte que conecta Barra de Tijuca con el aeropuerto de Galeão. En esa balacera, nadie resultó herido.
El disparo que alcanzó a Rosângela pudo haber venido de cualquier parte. Río de Janeiro es una ciudad donde las balas perdidas son un fenómeno cotidiano. Las estadísticas no mienten: cada día, una persona recibe el impacto de un proyectil cuyo destino original era otro. Pero en este caso, lo insólito no es sólo que Rosângela sobrevivió, sino que el disparo ocurrió en uno de los pocos lugares donde, en teoría, se está a salvo: un condominio de lujo, con vigilancia privada y muros que separan a sus residentes del caos exterior.
ng CP