Se multiplican los heridos de Victoria Villarruel: según la Fundación Oid Mortales, «no sabe construir políticamente»

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La Fundación Oíd Mortales funciona en una casona del barrio porteño de Belgrano. En la entrada, frente al escritorio de recepción, hay un cuadro que el presidente de la organización, Eduardo Llorente, le encargó al artista Ramiro Bujeiro. Es una pintura de Eduardo Marcelo Villarruel, el padre de Victoria Villarruel, que se colgó para dejar en claro que esa iba a ser la usina de ideas de la vice. Sin embargo, un año después del triunfo de La Libertad Avanza y luego de que en campaña la institución fuera presentada como el think tank conservador, tradicionalista y católico alineado a la dirigente, sus autoridades se quejan por haber sido “ninguneados”. Los heridos de “Vicky” se multiplican y su mesa chica es cada vez más chica. 

En la historia política de Villarruel, la ruptura con sus entornos es una constante. Buena parte de sus compañeros de militancia en organizaciones que defendían la “memoria completa” o pedían la liberación de militares condenados, en los inicios del 2000, hoy están alejados de la dirigente. Lo mismo le sucedió en el Partido Demócrata bonaerense, el sello con el que se sumó a la alianza que encabezó Javier Milei, y cuyos miembros suelen lamentarse del poco interés que demostró Victoria por la estructura partidaria luego de las elecciones. Y, a principios de año, también cortó relaciones con su histórica mano derecha, el diputado nacional Guillermo Montenegro

En la entrada de la nueva sede de la Fundación Oíd Mortales se colgó una pintura del padre de la vicepresidenta, Eduardo Villarruel.

El sitio oficial de la Fundación Oíd Mortales está “en reparación”. La inmensa mayoría de las personas que en 2023 formaron parte del directorio o de los equipos técnicos ya no están y muchos se fueron a trabajar con Villarruel al Senado. El triunfo de La Libertad Avanza había significado una oportunidad: por primera vez después de décadas, la agenda ultraconservadora en la que habían trabajado durante años tenía un lugar de relevancia en la discusión pública. 

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Llorente decidió cambiar la estructura de la fundación y darle un lugar de privilegio a la hermana de la vice, Virginia de las Nieves Villarruel, a quien nombró como secretaria del consejo asesor. Mandó a pintar el cuadro de su padre con un artista reconocido a nivel internacional por sus obras para Osprey Publishing. Compró la casona de Belgrano, la decoró con cuadros religiosos, fotografías de acciones solidarias en barrios carenciados y con símbolos de la cultura española. Convirtió las habitaciones en bibliotecas con pupitres porque no tenía dudas: Oíd Mortales iba a ser el think tank en el que se iba a apoyar Villarruel para liderar la construcción de un espacio ultraconservador con, sobre todo, la capacitación de dirigentes jóvenes. 

Las habitaciones de la casona de Belgrano se convirtieron en aulas para capacitar a jóvenes dirigentes.

Pero no sucedió. Villarruel apenas visitó una vez la nueva sede de la fundación. Su hermana mostró un poco más de voluntad de colaborar, pero está decidida a no involucrarse en política. Las personas que trabajan codo a codo con la vice como Emilio Viramonte, Juan Martín Donato, Enrique Bergalli, Marcelo Cinto Courtaux o David Cohen mantuvieron algunos encuentros, pero después dejaron de responder. “Vienen a tomar café y se van”, se quejó en diálogo con PERFIL Iván Stegmann, el responsable de Asuntos Institucionales y Vínculos Políticos de la fundación. 

Llorente convocó a Stegmann en lo que podría denominarse como “la nueva etapa” de la Fundación Oíd Mortales. El día que llegaron a la conclusión de que muchos de los “villarruelines” había utilizado la estructura como “trampolín”, en sus palabras, decidieron que era hora de comenzar a tender otros puentes con La Libertad Avanza y con dirigentes de otros espacios que estén alineados a sus ideas. Todavía repiten que Villarruel es una gran referente de la agenda conservadora y reconocen sus virtudes, pero dicen que en su entorno falta “idoneidad”, “patriotismo” y “capacidad para construir un proyecto más allá de los nombres individuales”. 

Milei Vs. Villarruel: una pelea que ninguno de los dos está dispuesto a abandonar

“Hitler le daba bolilla a (Wilhelm) Keitel porque era un lacayo que le limpiaba los zapatos. Pero no podés recostarte en lacayos y esbirros. Si Juan Martín Donato va a jugar al paddle con Victoria y ese es su valor, hay una confusión. En estas cosas hay un millón de elementos que se ponen en juego, incluso psicológicos, pero ella tiene una enorme responsabilidad porque es la vice y creo que es muy importante que se rodee de gente idónea y con una dosis de patriotismo”, se quejó Stegmann. 

Oíd Mortales, enojos y nueva estructura 

La Fundación Oíd Mortales, dentro del mundo conservador, se reconoce como parte del catolicismo de derecha. “Hay una línea dentro de la Iglesia Católica vinculada a (Marcel) Lefebvre, que son más tradicionalistas y que no comulgan con el Concilio Vaticano II. Pero hay que aclarar: yo no soy lefebvrista, sino que soy un católico liberal, y no me van a expulsar”, aseguró Stegmann para explicar dónde se ubica ideológicamente la institución. “Una bandera clásica es la defensa de la vida y del niño por nacer. La cuestión de la propiedad privada por su puesto que también. La familia, los valores clásicos y la tradición hispánica como acervo cultural de la Argentina son algunos de los temas que se defienden acá”, agregó. 

Las banderas de la fundación son el derecho de la vida desde la concepción, la propiedad privada y la defensa de la hispanidad como acervo cultural de la Argentina.

Llorente es licenciado en Ciencias Políticas y, entre otras actividades, preside la firma Las Tres Vírgenes SAU, dedicada al negocio agropecuario. En 2023 era el presidente de la fundación pero, según contó Stegmann, no había tenido un rol activo. “Decidió entregarles la estructura y ellos hicieron todo. Le ofreció este espacio a Guillermo (Montenegro), y él después desapareció. El día que Milei visitó la fundación se puede ver que estuvieron Bergalli, Donato y todos, pero no a Eduardo, que se corrió de la mesa chica para no interferir. ¿Qué quiere decir esto? Que lo traicionaron”, sostuvo. 

En la vieja estructura de la fundación, Llorente figuraba como presidente y Montenegro como secretario. La dupla, además, coincidió en el directorio de la Fundación Tridentina. El vínculo terminó este año con una pelea y con la decisión del presidente de la organización de desplazar al diputado nacional de la organización. 

El catolicismo de Victoria Villarruel: lefebvrismo, militares y la desconfianza del Papa Francisco

Buena parte de las personas que se sumaron en 2023 a Oíd Mortales hoy trabajan con Villarruel en el Senado. Uno es Raúl Amado, que continúa a cargo de la tesorería de la institución, el mismo puesto que tenía el año pasado. Se trata de un hombre ligado al ámbito académico, en particular a los estudios religiosos, y que fue designado como director del Museo Parlamentario. 

Amado es el único que se incorporó al Senado y que sigue junto a Llorente. Sin embargo, según Stegmann, el funcionario “tiene el cargo, pero ni siquiera habla con Victoria”. “Estamos afuera de todo”, se quejó. 

Eduardo Llorente, el presidente de la fundación, acompañó a Villarruel durante años.

Donato hoy es director de Atención Ciudadana en el Senado y, en el último tiempo fue ganando cada vez más terreno al lado de la vice, de quien fue asesor en la Cámara de Diputados. En 2023 era voluntario de la Fundación y este año Stegmann se comunicó con él. “Le ofrecimos las aulas para que organizara capacitaciones para esos jóvenes de derecha con los que hace asado en el 8° piso del Senado. Vino a la institución con unos 20 pibes y después desaparecieron. ¿Tenemos algún problema personal con él? No. Pero si una persona que utilizó a la organización como trampolín después te ningunea, es un tema”, contó. 

Algo similar sostuvo Stegmann de Bergalli, el actual secretario privado de Villarruel que estuvo a cargo de los Asuntos Legales de la fundación en 2023. “Me tuvo tres horas sentado en el Senado tomando café. Nosotros hablamos de un proyecto político y ellos te hablan de contratos. Se lo dije con claridad: a mí no me interesa un conchabo en el Senado. Esta fundación no tiene un peso del Estado y no se trata de eso. Pero es un grupo que tiene una visión muy cortoplacista”, aseguró el hombre.  

La disputa por la agenda conservadora

La fórmula Milei-Villarruel supo presentarse en sociedad como la síntesis de la alianza de diferentes sectores de la derecha. El presidente representaba a los liberales con su defensa férrea del capitalismo y la desregulación económica, y la vice hacía pie en temas sociales y culturales con su militancia contra el aborto, la defensa de los valores religiosos y la reivindicación del rol histórico de las fuerzas armadas. 

La Fundación Oíd Mortales fue el lugar desde el cual Villarruel quiso demostrar que tenía un equipo lo suficientemente sólido para hacerse cargo de las áreas que le habían prometido que iba a tener si ganaban las elecciones: Defensa y Seguridad. De hecho, en esas mismas áreas había sido designado como responsable el coronel retirado de Inteligencia Jorge Vives, que hoy es asesor de la Secretaría Estrategia de Asuntos Militares en el Senado. El propio Milei visitó sus instalaciones en abril de 2023, cuando la fórmula estaba en su mejor momento. 

Sin embargo, esos límites comenzaron a ser cada vez más difusos a medida que la interna entre Milei y Villarruel se profundizaba. El mileísmo duro comprendió que la vice tenía una agenda que les podía ser redituable. Si bien Milei lleva ya un buen tiempo hablando de la batalla cultural, a lo largo del 2024 decidieron levantar estas banderas casi con la misma fuerza con la que se defiende el programa económico del oficialismo. 

Solo por mencionar un ejemplo del último tiempo: con Santiago Caputo detrás, se lanzó la agrupación Las Fuerzas del Cielo, cuyos miembros pretenden convertirse en los referentes del conservadurismo argentino. Casi en paralelo, Agustín Laje presentó su fundación oficialista El Faro como un think tank conservador. 

Los dirigentes del núcleo duro de Milei de esta rama estuvieron presentes en  la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) que se realizó en Buenos Aires y varios participaron como oradores. Llorente y Stegmann fueron por su cuenta. “Ese día hablamos con un montón de referentes de La Libertad Avanza y con la gente de Faro. Sé que a varios del entorno de Villarruel les molestó. Pero acá se trata de acompañar a un proyecto más grande”, contó Stegmann. 

Desde Oíd Mortales quieren que quede claro en público que su intención no es meterse en la pelea entre Villarruel y Milei y que respetan a la vice. Pero decidieron jugar de otra forma y quieren conseguir un lugar que consideran que les es propio después de haber aportado know how, dinero y estructura para que una representante del conservadurismo llegue a ocupar la vicepresidencia de la Argentina. 

CP
 

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