La venta de las acciones de la mayoría estatal de Impsa, la metalmecánica de Mendoza que tiene al gobierno nacional como principal dueño, entró en la última etapa de negociación.
La intención del Ministerio de Economía es cerrar la primera privatización de la era Milei antes de fin de año.
El único oferente, la compañía estadounidense ARC Energy debe cumplir esta semana con la mejora de las condiciones de la oferta, de 27 millones de dólares.
«La empresa norteamericana presentará la mejora esta semana. Y si cumple con el pliego y con lo solicitado por el comité, será adjudicada antes de las Fiestas», precisó uno de los actores de la negociación.
El retraso del proceso licitatorio no es por los 27 millones de dólares que se ofertaron, sino por tratar de evitar los condicionamientos que había impuesto la empresa de capitales norteamericanos y venezolanos.
Hay disidencias entre lo que propone ARC Energy en la renegociación de los contratos con el Estado, la reestructuración de la deuda de Impsa, que está calculada en 570 millones de dólares; y el régimen de las importaciones temporales para fabricación de productos exportables, que generaron compromisos impositivos pendientes de pago.
Algunas turbinas que Impsa había fabricado para Venezuela no salieron de Argentina porque nunca se pagaron. De este modo, la metalmecánica incumplió el régimen de importaciones temporales que exime el pago de derechos de importación cuando ese bien es exportado. Y está pendiente de pago esos impuestos y la pena económica que establece la actual Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
La afirmación que se escucha dentro de la empresa y en boca de altos funcionarios mendocinos es que «las dos partes principales (Estado nacional y oferente) están interesados en que la operación se concrete antes de fin de año».
Urge la venta para que ingrese dinero que le permita a Impsa avanzar con los compromisos con sus clientes (la mayoría empresas estatales) y, en especial, por los vencimientos de deuda renegociada que se aproximan en 2025.
Impsa le debe al Banco Nación más de 14.000 millones de pesos. ARC Energy pidió renegociar esa y otras deudas, pero hay acuerdos preventivos de deuda firmados con los acreedores en el Segundo Juzgado Concursal. «Ese acuerdo está vigente, se emitió deuda, y los pagos deben empezar a partir del año que viene», sostienen en la compañía en Mendoza.
La metalmecánica, que fue líder en la producción de turbinas y desarrollo de ingeniería nuclear, tiene 660 empleados y el monto en salarios por mes asciende a 1.400 millones de pesos.
Hay preocupación entre los trabajadores porque el pago de este mes se abonó unos días después de lo habitual. Aún no tienen certeza de cuándo cobrarán el aguinaldo.
El proceso de venta
El 31 de octubre, ARG ofertó 27 millones de dólares para garantizar la continuidad de la compañía creada en 1907 por la familia Pescarmona.
El viernes 6 de diciembre. el Gobierno de Javier Milei solicitó un tiempo de mejoramiento de condiciones de oferta, que vence este lunes.
En 2021, después de una larga crisis de la empresa por malos negocios en Brasil y fallidos contratos con Venezuela, el gobierno de Alberto Fernández se quedó con la mayoría accionaria.
El 63,7% de las acciones de Impsa son parte del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (Fondep), controlado por el Ministerio de Economía de la Nación. Y, el 21,2% de las acciones quedaron en poder del gobierno de Mendoza. Este 84,9 % de las acciones de IMPSA son las que pasarían a la empresa norteamericana.
Según pudo confirmar Clarín, los contratos en marcha son con YPF, Yaciretá, Ejército, con la modernización de los tanques de guerra, la Armada, y la fabricación de grúas para Estados Unidos.
Arc Energy tiene interés quedarse con el negocio de las grúas de gran porte para puertos, que permitirán sustituir las grúas chinas que son mayoría en los puertos de Estados Unidos.
Ese objetivo se fortalece con la llegada de Donald Trump al poder, aunque el próximo presidente norteamericano, sigue manteniendo relaciones con el gobierno chino y sumó al premier chino a su ceremonia de asunción en enero.
Los actuales administradores aseguran que la privatización de la metalmecánica servirá para inyectarle dinero, generar flujos de negocios, y renegociar la deuda con los acreedores.
No existe un plan B. Si no hay acuerdo con ARG Energy, la compañía que fue vanguardia, corre riesgo de cierre.