La presidenta de la Cámara de Comercio de Ushuaia analizó el impacto de la inflación en el sector, que duda entre trasladar ese mayor costo a sus productos o no, con el riesgo de perder aún más rentabilidad que la que vienen perdiendo.
El sector comercial de Ushuaia enfrenta un desafío crítico ante los elevados índices de inflación. Claudia Fernández, presidenta de la Cámara de Comercio de Ushuaia y vicepresidenta de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), expresó en FM Master’s su profunda preocupación por el impacto de la inflación en el comercio local.
Según dijo, los comerciantes se encuentran en una encrucijada: aumentar los precios de sus productos para compensar los costos crecientes, o mantenerlos estables y enfrentar la pérdida de rentabilidad.
«La situación es realmente preocupante. Estamos preocupados y ocupados del tema porque más allá de la situación de si se traslada o no, la mayoría estamos con esa decisión: Si trasladamos estos aumentos, seguimos perdiendo rentabilidad, si no los trasladamos, seguimos perdiendo rentabilidad», expresó Fernández.
Este dilema subraya la complicada situación que enfrentan los comerciantes, quienes deben equilibrar la necesidad de mantener sus negocios a flote con la realidad de un mercado donde los consumidores son cada vez más prudentes con sus gastos.
El comportamiento del consumidor es otro factor crucial en este escenario. «Cualquier decisión que tomemos influye en la no venta en nuestros comercios, porque la gente está siendo muy prudente. Primero porque no alcanza, las tarjetas están con un monto de consumo no actualizado por inflación, entonces la gente no tiene esa capacidad por más que pongamos cuotas sin interés, no tienen la capacidad para comprar», detalló Fernández.
La falta de actualización de los límites de crédito de las tarjetas, sumada a la inflación, ha reducido considerablemente el poder adquisitivo de los consumidores, limitando sus compras a lo estrictamente necesario.
El aumento constante de costos operativos también juega un papel fundamental en esta crisis. Fernández destacó que «la situación es sumamente delicada. Nosotros estamos con aumento de sueldos prácticamente todos los meses, con aumento de luz, agua, gas, entonces llega un momento en que la decisión es: ‘si aumento, no compra más nadie, pero si no aumento, no gano’. Es una incertidumbre que creo que es la peor situación que tienen los comercios». Esta continua escalada de costos fijos impone una presión adicional sobre los márgenes de beneficio, haciendo que la toma de decisiones sea aún más compleja para los comerciantes.
A pesar de este panorama desalentador, el sector comercial de Ushuaia deposita sus esperanzas en el turismo, una de las principales fuentes de ingresos para la región. «El turismo derrama en todos los sectores. El kiosquito va a vender más, el restaurante va a mover más, el almacén para proveer a estos restaurantes, etc. Estamos muy esperanzados en la temporada», afirmó. La llegada de turistas no solo dinamiza el comercio directo, sino que también genera un efecto multiplicador en otros sectores económicos.
Claudia Fernández también destacó la importancia de las condiciones climáticas para el turismo en Ushuaia, especialmente la nieve, que atrae a numerosos visitantes. «Cuando la gente protesta porque nevó, yo digo por favor, que es nuestra figura estrella. Que nieve y mucho para que tengamos nieve porque es lo que vende», optimismo que refleja la dependencia del comercio local en el turismo invernal, frente a una temporada crucial que puede marcar la diferencia entre un año difícil y uno próspero para muchos negocios.
En conclusión, el sector comercial de Ushuaia se enfrenta a una encrucijada crítica en medio de una inflación persistente y costos operativos crecientes. Los comerciantes deben tomar decisiones difíciles sobre los precios de sus productos, equilibrando la necesidad de mantener la rentabilidad con la realidad de un mercado consumidor cada vez más restringido.